Bra Anansi y los Favores del Gran Papa Dios

En los tiempos antiguos, cuando el mundo era joven y las cosas no eran como las conocemos ahora, el Gran Papa Dios, el creador de todo, guardaba todos los cuentos, todas las sabidurías y todas las habilidades especiales para sí mismo en su casa en lo alto del cielo. Los animales y la gente de la tierra vivían sin historias para contar, sin la astucia del zorro, ni la fuerza del león, ni la belleza del colibrí, porque todo eso estaba con el Gran Papa Dios.
Bra Anansi, la pequeña pero astuta araña, se sentía inquieto. Veía a los otros animales torpes y sin ingenio, y pensaba: “¡Ay, bendito! Si tan solo tuviéramos algunas de esas cosas que tiene el Gran Papa Dios, la vida sería más interesante, más fácil.”
Un día, Bra Anansi decidió que iba a ir a la casa del Gran Papa Dios y pedirle algunos de esos favores para compartir con todos en la tierra. Los otros animales se rieron de él. “¿Tú, una arañita tan pequeña, crees que puedes hablar con el Gran Papa Dios? ¡Déjate de tonterías!”
Pero Bra Anansi era terco como una mula cuando se le metía algo en la cabeza. Así que tejió una telaraña larga, ¡más larga que el río Sibun!, que llegaba hasta las nubes. Con mucho cuidado y paciencia, Bra Anansi comenzó su ascenso hacia el cielo.
Después de mucho trepar, llegó a la puerta brillante de la casa del Gran Papa Dios. El Gran Papa Dios, que lo veía todo desde arriba, se sorprendió al ver a la pequeña araña. “¿Qué quieres, pequeño Anansi?” preguntó con una voz que sonaba como el trueno lejano.
Bra Anansi, sin miedo ni timidez, respondió: “Gran Papa Dios, he venido a pedirte un favor. Tú guardas todas las historias, toda la sabiduría y todas las habilidades especiales. Creo que sería bueno compartirlas con los seres de la tierra. Así, la vida sería más rica y todos podríamos aprender y crecer.”
El Gran Papa Dios sonrió. Le gustaba la valentía y la inteligencia de la pequeña araña. “Eres astuto, Anansi. Te concederé tus deseos, pero a cambio, debes traerme tres cosas difíciles:
- El enjambre de avispas que pican como mil agujas.
- El leopardo que tiene dientes como cuchillos y garras afiladas.
- La ninfa invisible que nadie ha podido ver jamás.
Si me traes estas tres cosas, te daré todas las historias, la sabiduría y las habilidades para que las compartas con el mundo.”
Los otros animales, que habían estado observando desde abajo, pensaron que Bra Anansi estaba loco. “¿Cómo va a atrapar esas cosas? ¡Es imposible!” murmuraban.
Pero Bra Anansi no se desanimó. Con su astucia característica, ideó tres planes ingeniosos:
- Para las avispas: Llenó una calabaza grande con agua y la roció sobre un panal de avispas. Las avispas, pensando que llovía, se refugiaron en la calabaza. Rápidamente, Bra Anansi tapó la entrada y llevó la calabaza llena de avispas al Gran Papa Dios.
- Para el leopardo: Cavó un hoyo profundo y lo cubrió con ramas y hojas. Luego, puso una muñeca de madera cubierta de pegamento cerca del hoyo. El leopardo, curioso, se acercó y trató de agarrar la muñeca, quedando pegado. Bra Anansi salió de su escondite y lo ató con fuertes lianas, llevándolo ante el Gran Papa Dios.
- Para la ninfa invisible: Bra Anansi sabía que no podía ver a la ninfa, así que usó su ingenio. Hizo una figura de madera y la cubrió con pegamento. Luego, colocó un plato de comida deliciosa cerca. Cuando la ninfa invisible vino a comer, se pegó a la figura. Bra Anansi, sintiendo el peso, envolvió la figura con una red y así capturó a la ninfa invisible.
Bra Anansi regresó ante el Gran Papa Dios con las tres tareas cumplidas. El Gran Papa Dios estaba asombrado por la inteligencia y la perseverancia de la pequeña araña.
“Has demostrado ser más astuto de lo que imaginé, Anansi,” dijo el Gran Papa Dios. “Por tu ingenio, te concedo tu deseo.”
Y así, el Gran Papa Dios entregó a Bra Anansi todas las historias, la sabiduría y las habilidades especiales. Bra Anansi bajó de nuevo a la tierra por su telaraña y las compartió con todos los animales y la gente. Les enseñó las historias para que pudieran aprender del pasado, les dio la sabiduría para que pudieran tomar mejores decisiones y les mostró las diferentes habilidades para que pudieran prosperar.
Desde entonces, Bra Anansi es conocido como el dueño de todas las historias, y por eso, muchas historias en Belice y en todo el Caribe comienzan con la frase: “¡Esta es una historia de Anansi!” o alguna variación, reconociendo su papel como el portador de los cuentos y la sabiduría al mundo.
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