En las zonas rurales y boscosas del sur de Chile, especialmente en la región de la Araucanía y Chiloé, se habla de una criatura nocturna conocida como La Calchona. Se describe como una mujer anciana, de aspecto repulsivo y con una gran cabeza desproporcionada en relación a su cuerpo. A veces se dice que tiene alas membranosas o que puede transformarse en un ave grande y oscura.

La leyenda cuenta que La Calchona es una bruja poderosa que tiene la capacidad de desprender su cabeza del cuerpo durante las noches. Su cabeza voladora, con ojos brillantes y feroces, sale en busca de víctimas, especialmente niños pequeños y bebés que duermen solos o desprotegidos.
Se dice que La Calchona emite un grito escalofriante y penetrante que anuncia su presencia. Aquellos que escuchan este grito sienten un miedo profundo y presagian desgracias. La cabeza voladora entra a las casas por las rendijas, las ventanas o incluso por las chimeneas, y ataca a sus víctimas succionándoles la sangre o robándoles el aliento.
Después de su macabra tarea, la cabeza de La Calchona regresa a su cuerpo antes del amanecer, y la bruja aparenta ser una anciana inofensiva durante el día. Por esta razón, a menudo es difícil identificarla entre los vecinos.
Para protegerse de La Calchona, las familias del sur de Chile toman diversas precauciones. Cierran bien puertas y ventanas al caer la noche, protegen las cunas de los bebés con amuletos y a veces colocan tijeras abiertas o ramas de ciertas plantas en las puertas para repeler a la bruja. También se aconseja no dejar a los niños solos durante la noche y estar atentos a cualquier ruido o grito extraño.
La leyenda de La Calchona sirve como una explicación para las muertes súbitas de niños o para enfermedades inexplicables. También refleja el temor a lo desconocido y a las fuerzas oscuras que se cree que acechan en la noche. La figura de la Calchona encarna la maldad y la amenaza, especialmente hacia los más vulnerables.
Aunque es una leyenda aterradora, forma parte importante del folclore y la tradición oral del sur de Chile, transmitiéndose de generación en generación como una advertencia y un relato de misterio.
Leyenda la Calchona (versión oveja):
En esta versión, La Calchona sigue siendo una anciana con poderes de bruja, pero su forma de acechar a sus víctimas cambia. En lugar de desprender su cabeza, tiene la habilidad de transformarse en una oveja grande y lanuda, generalmente de color negro o muy oscuro, durante la noche.

Bajo esta apariencia inofensiva, La Calchona vaga por los campos y alrededores de las casas. Los niños, confiados en la docilidad de una oveja, se acercan a ella sin sospechar el peligro. Una vez que están lo suficientemente cerca, La Calchona revela su verdadera naturaleza, atacándolos o succionándoles el aliento de manera similar a la versión de la cabeza voladora.
Algunas versiones detallan que, en su forma de oveja, La Calchona puede emitir balidos extraños y aterradores que presagian desgracias. También se dice que sus ojos brillan de una manera inusual en la oscuridad, delatando su origen sobrenatural.
Al igual que en la otra versión, el propósito de La Calchona es dañar a los niños, y su transformación en oveja es una estrategia para acercarse a ellos sin despertar sospechas. Los padres advierten a sus hijos que no se acerquen a ninguna oveja desconocida que aparezca cerca de sus casas durante la noche, especialmente si tiene un aspecto peculiar o emite sonidos extraños.
Esta variante de la leyenda de La Calchona como una oveja maléfica añade un elemento de engaño a la historia, ya que utiliza una imagen de inocencia y mansedumbre para cometer sus actos. Esto la hace aún más insidiosa y aterradora para los niños.
Ambas versiones de la leyenda de La Calchona, ya sea como cabeza voladora o como oveja transformada, comparten el mismo objetivo de advertir sobre los peligros nocturnos y la presencia de lo maligno en el mundo que rodea a las comunidades del sur de Chile.
Texto e imágenes en colaboración con Gemini IA.