Se dice que en los valles y las zonas boscosas de Bolivia habita una criatura enigmática conocida como el Guajojó. Su presencia se anuncia principalmente durante las noches oscuras, a través de un canto peculiar y lastimero que estremece el silencio: un sonido hueco y prolongado que muchos describen como un lamento o un quejido.
La leyenda cuenta que el Guajojó es el espíritu de un hombre que en vida cometió terribles actos, como traiciones, asesinatos o graves faltas a las costumbres y a la comunidad. Como castigo por sus pecados, su alma no encontró descanso después de la muerte y quedó condenada a vagar eternamente por los montes, transformándose en esta criatura espectral.
Otras versiones de la leyenda sugieren que el Guajojó podría ser el alma en pena de alguien que murió de forma trágica y repentina, sin haber podido despedirse de sus seres queridos o resolver asuntos pendientes en vida. Su lamento nocturno sería entonces una expresión de su dolor, su soledad y su búsqueda de paz.
El aspecto del Guajojó es difuso y varía según quien lo cuenta. Algunos dicen que se asemeja a un ave grande y oscura, con ojos brillantes y penetrantes. Otros lo describen como una sombra informe que se desliza entre los árboles, invisible a la vista pero audible en su lamento. También hay quienes creen que puede tomar formas más humanas, aunque siempre con un aire de tristeza y melancolía.
El canto del Guajojó es temido por muchos. Se dice que escucharlo trae mala suerte, anuncia enfermedades o incluso la muerte. Por esta razón, cuando el lamento del Guajojó rompe el silencio de la noche, la gente suele rezar, hacer señales de la cruz o buscar refugio en sus hogares, evitando mirar hacia la oscuridad de donde proviene el sonido.
Sin embargo, también existen interpretaciones menos siniestras de la leyenda. Algunos ancianos sabios cuentan que el Guajojó no siempre es un presagio de desgracia. A veces, su lamento podría ser una advertencia sobre peligros acechantes en el bosque o simplemente una manifestación de la energía de la naturaleza.
En cualquier caso, el Guajojó sigue siendo una figura envuelta en misterio y respeto en la tradición oral boliviana. Su leyenda nos recuerda la importancia de vivir una vida recta, de honrar a nuestros semejantes y de ser conscientes de que nuestras acciones tienen consecuencias, incluso más allá de la muerte.
Texto e imagen en colaboración con Gemini IA.