Se cuenta en los Andes bolivianos sobre una presencia espectral conocida como el Qati Qati. Su nombre, que en quechua podría traducirse como “el que persigue” o “el que corta”, ya nos da una idea de su naturaleza amenazante.

La leyenda describe al Qati Qati como un espíritu maligno, a menudo asociado con las almas de personas que murieron de forma violenta o que en vida fueron malvadas y causaron daño a otros. Estas almas, al no encontrar paz, se transforman en esta entidad errante, buscando atormentar a los vivos.
Se dice que el Qati Qati se manifiesta principalmente durante la noche, en lugares solitarios como caminos desolados, ruinas antiguas o cerca de cementerios. Su presencia se puede sentir como un escalofrío repentino, un viento helado que no tiene explicación o una sensación opresiva de ser observado.
Una de las características más aterradoras del Qati Qati es su capacidad para “cortar” o “seccionar” partes del cuerpo de sus víctimas mientras duermen. No se trata de un corte físico con un objeto tangible, sino más bien de una sensación horripilante de que una extremidad, como un brazo o una pierna, ha sido separada del cuerpo. Al despertar, la víctima siente un dolor intenso y una debilidad extrema en la zona afectada, aunque no haya ninguna herida visible.

Algunas versiones de la leyenda sugieren que el Qati Qati ataca a aquellos que han cometido malas acciones, como un castigo sobrenatural. Otros creen que es una entidad puramente malévola que se alimenta del miedo y el sufrimiento de las personas. También se dice que puede ser enviado por brujos o hechiceros para causar daño a sus enemigos.
Para protegerse del Qati Qati, las personas suelen tomar diversas precauciones. Evitan viajar solos por la noche, especialmente en lugares considerados peligrosos. Duermen con la luz prendida o con algún objeto sagrado cerca, como una cruz o una imagen religiosa. También se recomienda no dejar extremidades colgando fuera de la cama, ya que se cree que esto las hace más vulnerables al ataque del espectro.
El miedo al Qati Qati es profundo en algunas comunidades andinas, y las historias sobre sus ataques se transmiten de generación en generación, manteniendo viva la creencia en esta aterradora entidad. Es una leyenda que nos recuerda la fragilidad del cuerpo y la persistencia de las energías oscuras en el mundo espiritual.
Texto e imágenes en colaboración con Gemini IA.