La leyenda de La Tepesa es una historia folclórica panameña, con fuertes raíces en la provincia de Chiriquí, aunque también se conoce en otras regiones del país. Es una leyenda que habla de una criatura misteriosa y temida, asociada a la oscuridad y a los lugares solitarios.

Se describe a La Tepesa de diversas maneras, lo que contribuye a su aura de misterio y terror. Una de las descripciones más comunes la presenta como una mujer de gran tamaño, con una fuerza descomunal y un aspecto grotesco. Se dice que tiene una piel oscura y áspera, y algunos la describen con rasgos animales, como garras afiladas o colmillos prominentes. Su presencia suele estar ligada a la noche y a los caminos rurales poco transitados.
Otra versión de la leyenda la describe como una figura espectral, una especie de fantasma o espíritu maligno que acecha en la oscuridad. En esta interpretación, La Tepesa no tiene una forma física definida, sino que se manifiesta como una presencia opresiva, un frío intenso o sombras amenazantes.
El comportamiento de La Tepesa también varía según la versión de la leyenda. En algunas narrativas, se dice que ataca directamente a los caminantes nocturnos, especialmente a aquellos que andan solos o que han cometido alguna falta moral. Se les aparece de repente, los asusta con su aspecto aterrador o incluso los agrede físicamente.
En otras versiones, La Tepesa no busca el enfrentamiento directo, sino que se dedica a asustar y desorientar a sus víctimas. Se dice que emite gritos horribles, lamentos desgarradores o ruidos extraños que perturban la tranquilidad de la noche. Los que escuchan estos sonidos sienten un miedo profundo y una sensación de peligro inminente.
Se cree que La Tepesa habita en lugares apartados y oscuros, como montes densos, cuevas, barrancos o ruinas antiguas. Su presencia se asocia a la sensación de desasosiego y misterio que emana de estos sitios durante la noche. Los campesinos y viajeros antiguos evitaban transitar por estos lugares después del anochecer por temor a encontrarse con ella.
El origen de La Tepesa también es objeto de diversas interpretaciones. Algunas leyendas sugieren que es el espíritu de una mujer malvada que en vida cometió actos crueles o que murió de forma violenta y ahora vaga atormentando a los vivos. Otras versiones la presentan como una criatura ancestral, un ser mítico que siempre ha habitado en los montes y que protege su territorio de los intrusos.
La leyenda de La Tepesa, al igual que otras historias de seres sobrenaturales, cumplía una función social importante. Servía como una advertencia contra los peligros de la noche y de los lugares solitarios, fomentando la prudencia y el respeto por lo desconocido. También podía utilizarse para inculcar valores morales, al asociar la aparición de La Tepesa con personas que habían transgredido las normas sociales.
Aunque con el avance de la modernidad y la urbanización estas creencias han disminuido, la historia de La Tepesa aún perdura en la memoria colectiva de algunas comunidades panameñas, recordándonos un pasado donde la frontera entre lo real y lo sobrenatural era más difusa y donde los miedos ancestrales se personificaban en figuras misteriosas como La Tepesa.
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