La leyenda del Lobisomem es una de las más conocidas y aterradoras del folclore brasileño, con raíces profundas en las creencias europeas pero con adaptaciones locales fascinantes.

En las noches de luna llena, cuando el astro plateado baña la tierra con su luz espectral, el terror se apodera de algunas comunidades en Brasil. Es en estos momentos cuando la maldición del Lobisomem se manifiesta en toda su horripilante gloria.
La leyenda cuenta que el Lobisomem es un hombre que sufre una terrible transformación. La maldición suele caer sobre el séptimo hijo varón consecutivo de una pareja. Desde su nacimiento, este niño está predestinado a convertirse en una bestia feroz y sedienta de sangre.
Al llegar a la pubertad, la metamorfosis comienza. En las noches de luna llena, generalmente a partir de la medianoche, el hombre experimenta una dolorosa y grotesca transformación. Su cuerpo se estira y se cubre de un pelaje oscuro y espeso. Sus manos y pies se alargan, sus uñas se convierten en garras afiladas, y sus dientes se afilan en colmillos amenazantes. Su rostro se alarga en un hocico bestial, y sus ojos brillan con una luz rojiza y salvaje.
Durante esta transformación, el Lobisomem pierde toda conciencia de su humanidad. Se convierte en una criatura salvaje, impulsada por un hambre voraz y una sed de sangre insaciable. Se dice que vaga por los caminos solitarios, los campos y los cementerios, atacando a animales y, en algunas versiones más oscuras, incluso a personas incautas que se cruzan en su camino.
Antes de la transformación, el hombre puede sentirse inquieto o enfermo, presintiendo el horror que está por venir. Después de la noche de terror, al amanecer, el Lobisomem recupera su forma humana, aunque a menudo se siente exhausto, con el cuerpo dolorido y sin recordar los actos bestiales que cometió durante la noche.
Existen varias creencias sobre cómo se puede romper la maldición del Lobisomem. Algunas dicen que solo un disparo con una bala de plata puede matarlo o liberarlo. Otras leyendas sostienen que herirlo de gravedad, haciéndole sangrar, puede revertir la transformación. También se cree que si alguien tiene el valor de enfrentarlo y derramar su sangre, la maldición se transferirá a esa persona.
El miedo al Lobisomem es profundo en muchas partes de Brasil. Las historias se transmiten de generación en generación, manteniendo viva la leyenda de esta criatura aterradora que acecha en la oscuridad de las noches de luna llena. Es una historia que nos habla de la bestia que puede esconderse dentro del hombre y del terror ancestral a lo desconocido que emerge con la luz de la luna.
Texto e imagen en colaboración con Gemini IA.